viernes, 30 de mayo de 2014

Las abejas reina y distintos tipos de madre


Ya sabéis que soy de apuntarme a un bombardeo, y aquí estoy de nuevo, gracias a Madresfera y su Salita de Lectura. Para los nuevos os comento que se trata de hacer una reseña “a ciegas”, es decir, que te comprometes a participar sin saber cuál es el libro. En esta ocasión, cuando lo ví, reconozco que el título me echó un poco para atrás, sobre todo cuando ví que era un libro para madres, y es que ya estoy un poco saturada del tema maternal en cuanto a lectura. Pero bueno, como soy una mujer de palabra, me puse a elo y tengo que decir que me ha sorprendido gratamente, de esta temática es el que más me ha gustado y he leído unos cuantos.
La autora, Gill Hornby, nos describe la apacible existencia en una pequeña comunidad en torno a uno de los centros sociales más concurridos cuando tienes hijos en primaria: la puerta del colegio. En este caso se trata de un pueblo británico, pero podría ser cualquier barrio de cualquier ciudad o pueblo. Editado por Planeta, el libro es muy ágil y fácil de leer.
No busquéis acción trepidante, ni escenas tórridas ni desternillaros de la risa, lo más interesante no es lo que pasa, sino los personajes, esos sí que no tienen desperdicio, esos tipos de madre, que no me digáis que no conocéis a ninguna así porque no me lo creo. Ahí van algunas muestras, los nombres me los he inventado y las he adaptado más a una versión más española:

La madre Followtheleader: se caracteriza por estar superocupada todo el tiempo y meterse en más jardines de los que puede abonar, con lo cual ni come ni deja comer. Ella es megaperfecta y sus vástagos también, por supuesto, son los que mejores notas sacan, los más populares y casi siempre los más insoportables también. Todo el mundo la necesita y tiene un afán insaciable de ser el perejil de todas las salsas, lo que le lleva a tener cierta querencia a coger el micrófono en todo tipo de actos escolares. Es repelente por naturaleza y más te vale huir de ella como de la peste, porque te encajará a uno o varios de sus hijos a la que te descuides, y sin que te des cuenta estarás llegando a tu casa con 5 niños en vez de los 2 que había en tu casa cuando te levantaste esta mañana. Es una líder nata, se apunta a todo, eso sí, lleva a cuestas a un séquito de pobres víctimas revoloteando a su alrededor a las que ordenará las tareas más peregrinas, bajo su supervisión, claro está, para llevarse todos los éxitos y laureles. Me vais a perdonar, pero no la aguanto.

La madre Protesta: podréis distinguir a este ejemplar de madre porque es la eterna insatisfecha, y siempre es la que levanta la mano en las reuniones, básicamente para protestar y manifestar su descontento con absolutamente todas las situaciones de la vida escolar en general y de su hijo en particular. Si al niño le invitan a muchos cumpleaños, protesta porque eso le quita tiempo de estudio, si no le invitan protesta también porque le excluyen, yo he oído a una de éstas protestar porque el cole es bilingüe, pues coño, no haberlo apuntado aquí. El caso es protestar. Como te toque una de estas estás perdida, porque las reuniones de padres se prolongarán hasta el infinito y más allá, no se calla ni debajo del agua. Tampoco la aguanto.

La madre Angustias: esta pobre es una sufridora nata, ve peligro en todo, el patio, los baños, las escaleras, y las excursiones, las corrientes de aire, los golpes de calor. A sus hijos se les distingue en el patio a kilómetros, son los que más ropa llevan encima, no les sacan el plumas hasta el mes de junio, penica dan, parecen el muñeco de Michelín, forrados hasta las orejas y sudando como pollos, así haya un sol de justicia, no se vayan a acatarrar…  estos cogen el catarro el octubre y no lo sueltan hasta junio. Son los que tienen los mocos más verdes y los que se suben al árbol más alto en cuanto la madre se da media vuelta, así, a lo loco, sólo por ver si la madre sufre un ictus ante la posibilidad de ver a su pobre hijito carne de su carne escalabrarse contra un bordillo. Además como los tienen hipersobreprotegidos y no los dejan hacer nada, en cuanto vislumbran la más remota posibilidad de hacer algo divertido son capaces de las hazañas más audaces, y claro, tienen un alto porcentaje de romperse la crisma, para un día que se liberan tienen que aprovechar.

La Madre Flowerpower: Esta madre es un ser de luz que vive en un mundo de color pastel donde nada perturba su paz interior. Posee una capacidad admirable de desconectar, es la antítesis de la madre Angustias, ésta puede sacar a los niños en manga corta a 10 grados bajo cero y los tíos son inmunes a todo, resisten carros y carretas, el instinto de supervivencia les ha hecho desarrollar un mecanismo de defensa a estudiar en alguna universidad de Wisconsin, no se ponen malos jamás. Ella es zen, no se preocupa por nada, no se agobia por nada, en definitiva es feliz, que al niño le cuelgan dos velas verdes como dos cirios, bueno, pues que sorba un poco, porque ella nunca lleva kleenes, el mundo toallita tampoco lo trabaja. Paz y amor es su lema. Sus vástagos suelen estar bastante asilvestrados pues viven en un entorno sin normas fijas en el cual cada uno hace lo que le da la real gana, sólo importa el karma y que no se le traumatice ningún niño. A veces me gustaría ser como ella, aunque sólo sea un ratito.

La madre Culpable: es la eterna ausente, esa madre que trabaja fuera de casa con un horario no compatible con el escolar y que para ir a una reunión de padres tiene que hacer encaje de bolillos con el padre, la abuela, la cuidadora y el perro de unos vecinos. En las reuniones se suele poner sola al fondo, no conoce a casi nadie y tiene bastantes dificultades para sentarse en esa minisilla sin que se le vean las bragas, porque por supuesto viene directamente de la oficina, y hoy mira tú por donde, se ha puesto una minifalda, se ha comido una ensalada en su mesa, porque además tenía clase de inglés y va pintada como una puerta a las 4 de la tarde porque hoy venían unos clientes importantísimos. Es la que está mirando a ratos el reloj porque se tiene que volver al trabajo, y a ratos el móvil porque está esperando unos billetes urgentísimos a Sebastopol. Mi sentimiento de identificación con este tipo de madre es del 100%.

Bueno, hasta aquí mi estudio del hábitat Puerta del Colegio, pero me ha parecido muy apropiado en esta época. Madres preocupadas por el colegio al que irán vuestro hijo, no os ansiéis, tocáis a una de estas mínimo por clase. Recordad que todo esto es sin ánimo de ofender a nadie y como siempre, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…. o no?

Si queréis descubrir porqué el libro se llama Las Abejas Reina tendréis que leerlo, y si os ha gustado esta reseña podéis votarme aquí, a partir de ya. 

jueves, 22 de mayo de 2014

The final countdown


Mira que lo he intentado por activa y por pasiva, no te obsesiones, me digo a mí misma, intenta pensar en otra cosa, pero nada, no hay manera, yo es que cuando me ciego, me ciego. El caso es que llevo toda la semana intentando escribir de otra cosa, pero ha sido superior a mí, no me centro, así que aquí estoy, vuelta la burra al carro, obcecada perdida. Y pensareis que estoy trastornada, que un poco sí, pero es que ahora sí que sí, ha empezado la cuenta atrás para el acontecimiento del año, LaParty, evento en el que se encontrarán una panda de madres alocadas, que hasta tienen un club, con blog y todo, razón aquí.
Que pensábamos que no iba a llegar nunca, pues ahí está, a la vuelta de la esquina, el sábado para ser más concretos. Todo lo que no hayas hecho ya, mal arreglo tiene, esta es la hora en la que no sé lo que me voy a poner, porque claro, no tengo mal fondo de armario, pero el tiempo está haciendo de las suyas. Engatusar al Mister para que se quedara con Lasniñas fue pan comido, luego vino la final de la Champions y ahora nos vienen con el cambio de tiempo, la primavera lluviosa o la madre que los parió, esto es una conspiración. Qué se piensan, que nos vamos a amedrentar? Nosotras? Que hemos tenido que vérnoslas con fiebres de madrugada, cagaleras trepidantes, las tablas de multiplicar, disfraces de última hora, trabajos infernales/manuales y un sinfín de delicias más, no queridos, a nosotras no nos va a echar para atrás un poquito de lluvia, a nosotras no nos frena ni un tsunami. Y sabéis por qué? porque tenemos superpoderes, esos superpoderes que nos permiten llegar a casa reventadas del trabajo y hacer unas lentejitas en un periquete, poderes gracias a los cuales después de haber pasado una noche de levantarnos por vómitos a go-go y festival de lavadoras, nos pintamos la pestaña y la cara entera y nos vamos a trabajar tan frescas, como si tal cosa. Esos poderes que nos dan fuerzas sobrenaturales y una paciencia infinita para asistir a esas reuniones del cole tan amenas y además poner cara de que todo es interesantísimo.
Así que no nos frena ni la Champions League, ni las lluvias torrenciales, que se preparen que allí estaremos dándolo todo, qué nerviosssssssss…

Y yo sigo sin saber qué ponerme, ay qué desasosiego, pantalón o vestido, manga larga o manga corta, tacón o plana, a tomar por culo, lo decidiré ese día sobre la marcha, eso sí, creo que me voy a llevar una Rebequita, por si acaso (frase de madre nº 1) y muchas ganas de pasarlo bien. No lo olvidéis, el sábado, malasmadres sueltas por Madrid. Y por el tiempo no os preocupéis que ya voy yo el viernes a comprarme unos mocasines bien cerraditos para que mejore y no pueda ni estrenarlos. 

lunes, 12 de mayo de 2014

Bienvenidos a la preadolescencia


Risitas histéricas, música sensiblera a todo volumen, fotografías de ídolos musicales y actores por toda la habitación, cambios bruscos de humor, llantos sin motivo aparente, encierros en el cuarto de baño, no es una nueva pandemia, es la preadolescencia.

Bienvenidos a esta etapa en la vida de nuestros hijos en la cual harán todo lo que esté en su mano para volvernos absolutamente locos. Si pensabas que los cólicos del lactante eran lo más desesperante que te podía pasar, espera a oir cada mañana: “No tengo nada que ponerme”, “tengo el pelo fatal” o "yo así no puedo salir a la calle".

La preadolescencia es esa etapa maravillosa en la que aún no han dejado de ser niños pero se creen que son mayores, qué Dios nos pille confesados, y ¿qué podemos hacer? Pues poca cosa, armarnos de paciencia e intentar llevarlo con dignidad.

Ayer en casa de unas amigas de Lasniñas presencié una escena propia de cualquier culebrón, dos hermanas discutiendo por un tablet, que si es mío, que si papá dijo que era para las dos, que si hoy me toca a mí, que no que a ti te tocó ayer, eres una egoísta, y tú más, qué desgraciada soy, así 10 minutos hasta que una cedió: “vaaaaaaaale, si tan importante es para ti, úsalo tú hoy”, automáticamente la otra empezó a hacer pucheros y con los ojos arrasados en lágrimas se abrazó a la hermana diciendo: “eres la mejor hermana del mundo, ya no lo quiero, quédatelo túuuuuuuuuu”, y la otra llorando también, “no, tú, te lo dejo, cuánto te quieroooooo”, la madre y yo nos mirábamos, alucinadas, y optamos por tomarnos una cerveza, al final ni para ti ni para mí. Pues numeritos de este tipo van a suceder ante nuestros ojos más o menos una vez por semana, así que más vale pasarlos en buena compañía.

Otra frase que últimamente se oye por cada unas 10 veces diarias es: “No es justo”, nada es justo, ¿qué hay de comer? Judías verdes y filete…. Jooooooo, no es justo, ya comimos judías verdes hace 15 días…. Y así hasta el infinito y más allá, da igual lo que hagas, siempre habrá algo que no será justo.

Si antes el problema era que no comían bien o que no dormían, ahora viene el acné, las espinillas, la regla, la depilación y un sinfín de cosas por el estilo que no quiero ni pensar. Iremos enfrentándonos a los problemas según vayan apareciendo.

Van a querer salir solas, sí, habéis leído bien, solas a la calle, así, a lo loco, a mí es que se me abren las carnes. El primer día que salieron las niñas tuve que salir yo también con las madres, del sinvivir que teníamos, fue una de las peores tardes de nuestra vida. Ahora, que pasándola juntas logramos mitigar un poco la desazón que nos reconcomía por dentro.

Además entran en una dinámica que nada les parece suficiente, si las dejas salir un rato, luego quieren cenar todas juntas, si las dejas cenar todas juntas, luego quieren dormir todas juntas en una casa, si las dejas, entonces quieren pintarse las uñas de las manos y de los pies… Un día las dejamos y cuando el padre de la casa donde estaban entró en el baño casi cae fulminado ante la peste a esmalte y a quitaesmalte mezclado con olor a humanidad que había, imaginad 4 preadolescentes en plena revolución hormonal, metidas en un cuarto de baño pintándose las uñas una y otra vez…. Yo cuando ya no puedo más suelto una frase de mi padre que me ponía negra cuando la oía de pequeña, porque era señal de que el frenesí de juerga contínua tocaba a su fin: “Cada mochuelo a su olivo".

Como comprenderéis cuando Merak contactó conmigo para proponerme participar en este carnaval de blogs sobre la vida del preadolescente en conflicto, me pareció fenomenal.

Mientras escribo este post, Lapequeña y su amiga que ha dormido en casa, lanzan risitas histéricas no sé porqué, mientras cantan a pleno pulmón la última de One Direction, han tardado 2 horas en ducharse y vestirse porque “no sabían qué ponerse….”, creo que no se han peinado, pero sinceramente, me da igual. Y no me atrevo a asomarme a la habitación de cómo puede estar, y sólo tienen 11 años, la que nos espera…

Este post participa en una iniciativa que ha puesto en marcha Merak Luna, llamada #hayvidadespuesdelos6 en la cual contaremos qué pasa cuando los niños ya no son tan niños, os dejo enlace a su blog, Ciclogénesis Implosiva aquí y si os animáis a participar podéis contactar con ella. Espero que os guste.
Las imágenes las ha sacado el Mister de estas webs: aquí, aquí y aquí

miércoles, 7 de mayo de 2014

Qué les pasa a los hombres con las series?

Cada noche, cuando Lasniñas se van a la cama, algo que cuesta Dios y ayuda, pero finalmente tras ruegos, amenazas, e incluso sobornos, se consigue, llega el momento de ver la tele, al menos en mi casa. Ahí podemos hacer algunas observaciones interesantes, por continuar con el estudio sobre el macho ibérico que tan buenos ratos nos proporciona.
Los hombres en general y el Mister en particular tienen una manera extraña de ver la tele que ya hemos comentado por aquí en alguna ocasión, y es: aferrados al mando, pero oye, que se agarran a él como Jack a la tabla en Titanic, como si les fuera la vida en ello. Pero al margen de esto tienen una forma rara de ver la tele, no? El Mister se sube al sofá, se agarra al mando y pregunta: “Qué vemos esta noche?”, a partir de ahí todo depende de si ponen algo que a mí me gusta o no. Si no ponen nada que me guste, que es lo que suele pasar, yo le digo que ponga lo que él quiera y leo. Entonces él empieza un extraño peregrinaje por los canales dando vueltas y más vueltas, ve un trozo de película en uno, un trozo de serie en otro, un poco de un programa de esos que le gustan a él de cómo sobrevivir con un clip, una  linterna y una lima de uñas, Frank de la Jungla y así hasta el infinito y más allá, el otro día incluso vio un poco de una serie de Disney, todo esto cambiando de canal compulsivamente en cuanto había anuncios. Menos mal que yo he desarrollado una habilidad inaudita para aislarme y desconectar.
Si ponen algo que a mí me gusta, lo vemos, que para eso él es muy caballeroso y total, para estar dando vueltas por los canales… eso sí, el power, digo el mando no lo suelta ni a tiros. A veces se duerme, y se le cae el mando al suelo, se abre, las pilas por un lado, la tapa por otro, en fin… un clásico. Se duerme pero es como Lasniñas, no se va a la cama y yo: “Cariñoooooo, te has dormido, vete a la cama….” El hace unos ruidos extraños que no sabes si se está ahogando con un hueso de aceituna o se ha tragado uno de los botones del mando y sigue durmiendo. Y ya cuando los ruidos se asemejan más a un jabalí salvaje o a un oso en pleno periodo de hibernación, le sacudo un poco y otra vez: “te has dormido, vete a la cama”.
“Eh? Gué? Gué pasa? Qué passa?” Con cara de furtivo sorprendido por la guardia civil y los pelos  enmarañados….
Yo: “Naaaaaaada, qué te habías dormido y estabas roncando”.
Y él venga con que no estaba dormido. A todo esto yo aprovecho a mandarle a la cama en un intermedio, porque lo primero que hace cuando recupera la conciencia es cambiar de canal, como si tuviera un tic  Entonces se va a la cocina, con el mando en la mano, claro, se trae un paquete de galletas y se lo come tan tranquilo, imaginaros yo que tengo la ensalada en los tobillos … no es nada solidario por su parte, además, se ha dejado el mando en la cocina y entre que va, viene, se come una galleta y va al canal donde estábamos, ya me he perdido un trozo. Encima como se espabile estoy perdida, porque pretende que le cuente lo que ha pasado para ponerse al día, hacedme caso, es mejor dejarles dormir, además están tan monos así dormiditos y agarraditos al mando, como si fuera un osito….
Otra cosa que puede pasar es que en la serie salga un macizo, entonces te dará la lata padre hasta que decidas abandonar, por ese motivo dejé yo de ver Anatomía de Grey, porque llegó un momento que no me compensaba, no paraba de decir que era un rollo, que estaban todos liados con todas, y lo más gracioso, que no representaba la realidad porque todas las chicas eran feísimas, eso es lo que menos le gustaba a él. La verdad es que tenía un poco de razón.

Lo mejor es encontrar una serie que os guste a los dos, que no suele pasar, pero a veces sucede, nosotros nos hemos tragado Breaking Bad sin respirar, temporada tras temporada, no podíamos dejar de verla, desde aquí me declaro fan absoluta de Walt, es la serie que más me ha gustado desde hace mucho tiempo. Hemos probado con House of Cards, pero sólo hemos visto 2 capítulos y no nos dice mucho, la  verdad. Se admiten sugerencias
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