viernes, 25 de enero de 2013

Daños Colaterales

 
Cuando te conviertes en madre descubres que hay una serie de daños colaterales o efectos secundarios de los que nunca te habló nadie, además del cambio del cuerpo, claro, porque no es que tu cuerpo cambie, es que ese cuerpo no es el tuyo, directamente, vamos que te lo han cambiado. Da igual que te hagas del club de la lechuga, adelgaces, que te untes de crema anticelulítica todo el cuerpo hasta que se te disloquen las muñecas, que te exfolies hasta despellejarte viva, que te bebas 300 vasos de agua en ayunas y te comas un camión de kiwis, todo esfuerzo es inútil si lo que pretendes es volver a ser la de antes, eso es imposible y hay que asumirlo, cuanto antes mejor. Ahora eres otra, ni mejor ni peor, otra y punto, más realizada, más plena, más multitarea, más... madre.

Uno de los efectos secundarios de la maternidad es la necesidad imperiosa de hacer cosas continuamente, es como si no pudieras parar, es una imposibilidad absoluta de estar sentada 2 horas seguidas sin moverte viendo la tele con el mando en la mano. Somos incapaces, ya veréis, ¿lo habéis intentado? Yo sí, y he sido incapaz. Al principio va todo bien, pero más o menos a los veinte minutos empiezas a sentir la necesidad de levantarte del sofá a hacer algo, lo que sea, terminar de recoger la cocina, poner el friegaplatos, depilarte las cejas o hacer un bacalao a la bilbaína, cualquier cosa peregrina que además debe ser hecha en ese preciso instante y nunca después. Y mira que yo antes de ser madre era capaz de verme una película del tirón, así, sin despeinarme, ahora cuando llevo un rato me empieza a entrar como una desazón… y empiezo a acordarme de cosas que tengo que hacer, y pienso, aguanta, aguanta,  pero es inútil, no puedo .… entonces si hay un intermedio, pues me levanto y lo hago y todos tan contentos. Y bueno, eso si los niños están dormidos, porque si están despiertos, en el preciso instante en que cojas posición en el sofá y te subas la mantita hasta la barbilla se oirá: “Mamáaaaaaaaaa, ….. ven”. Eso es así. Un día le pregunté a una de mis niñas porqué nunca decían Papá en vez de Mamá y contestó: “porque los padres no vienen…” me dejó muerta-matá, lógica aplastante. De todas formas eso es también para que las madres podamos usar alguna de nuestras típicas frases de madre, la que aplica en este caso es: “Me vais a borrar el nombre”. 

En caso de darse la extraña circunstancias de estar sola en casa, no creáis que vais a poder aprovechar para hacer todo aquello que  nunca podéis hacer tranquilas como depilaros, echaros 800 cremas por cabeza y cuerpo, haceros la pedicura y manicura, etc, no, vagaréis por la casa como alma en pena, bajo un silencio sepulcral echando de menos las 2.500 veces que oísteis mamá en las últimas cuatro horas, y deseando que vuelvan, porque ya no podemos vivir sin ellos, los echamos de menos. Yo una vez me quedé sola, creo que fueron 2 horas, pero lo pasé fatal, se me hicieron eternas y eso que me pinte las uñas 3 veces, cuando me descubrí en su cuarto oliendo las almohadas supe que había perdido el norte para siempre. Por eso, como hay que tener momentos de no-madre para conservar la salud mental,  lo mejor es salir con amigas a lugares neutrales que no puedan ser asociados a tus adorables retoños, donde no los puedas echar de menos, al teatro, a cenar, de cañas, a lo que sea.

Otro de los efectos secundarios es la incapacidad para tirar comida, por lo que os recomiendo que sino queréis acabar como bolas, lo mejor es cocinar la cantidad exacta que se va a consumir, porque el movimiento de arrastre que hacías con el tenedor para desplazar la comida que no se consume del plato hacia la basura, ya no te es posible hacerlo. Al darte el carnet de madre han anulado ese movimiento de tu vida. Es como si una fuerza sobrenatural te hiciera rebañar el plato con el tenedor y echarte a la boca lo que sea, eso si te queda un ápice de conciencia, sino lo harás con el trozo de pan chupado que se han dejado también tus hijos, a la vez que farfullas por lo bajo sobre el hambre en el mundo…. 

Hasta aquí los efectos secundarios por hoy, hay más, que pasaremos a analizar en siguientes post de Miss Airgam, que el tema da para mucho.

sábado, 19 de enero de 2013

Esto no encaja, oiga



Esta semana ha sido un poco rara por varios motivos que ahora no vienen al caso, pero el fin de fiesta fue el viernes cuando después de tener escrito un post que quería publicar, y las fotos seleccionadas no fue posible porque tuve una discusión de padre y señor mío con la tecnología. Yo, que soy una trendy mother, una inmigrante digital super integrada y que me muevo por las redes sociales como pez en el agua… pues nada, que no pudo ser y todo porque el Mac de Mister no me quiere, y que conste que yo tampoco lo quiero a él (al ordenador, me refiero). Me pone de los nervios, tan grande, con esa pantalla que parece que te va a comer, tan listillo, vamos vamos, donde esté un PC de andar por casa de los de toda la vida, que se quite todo. Y el caso es que lo intenté, pero debía ser que no tenía yo el día, porque como yo me ponga, a cabezota no hay quien me gane, pero el tío estaba de que no, empezó a abrir ventanitas, complejo de window debe tener el pobre, que luego yo no encontraba, a esconderme los archivos a traición, a no querer hacer lo que yo le decía, y aquello acabó con un “mecagoentó” por mi parte y lo apagué, ya no nos hablamos. Estoy aquí a su lado escribiendo en un portátil antiguo, ayyyyyy, bendito portátil y bendito word. Y tú, eres de Mac o de PC?
Una vez superado esto, hoy ya es sábado, ya sé que es mal día para publicar, pero una es así, anárquica por naturaleza. Hoy como hacía malo, la familia Airgam nos hemos ido todos juntitos a hacer una peregrinación por grandes superficies, vamos, tipo Camino de Santiago pero en vez de sellando etapas, gastando dinero. Nuestra primera parada ha sido en Elcontinglés, dicho así, todo junto, como lo dicen las madres (bueno, la mía, yo no) y nos ha salido gratis, hemos ido a cambiar regalos de amigos invisibles. La siguiente etapa ha sido en Habitat y esa ya gratis no ha sido, pero bueno, lo hemos saldado con poca cosa, y después, como nos ha parecido poco y aún faltaba para la hora de comer, nos hemos ido a Ikea, paraíso de las familias que no tienen absolutamente nada que hacer. Nos ha parecido un buen plan, a nosotros y a las hordas humanas que hacían cola para acceder al parking…  pero qué le vamos a hacer, no íbamos desde hace tiempo y ya nos llamaba la secta, porque Ikea es una secta, no os engañéis, que engancha. Además es materialmente imposible ir y salir con las manos vacías, siempre te llevas algo, el caso es que vas a por unos paños de cocina y cuando llegas a la caja son 100 euros y tú te preguntas si al pasar habrás roto algo con la manga, no, claro, los pañitos eran muy baratos, pero las 50 cosas que has cogido además porque también eran muy baratas, suman….. pues eso, 100 euros.
Allí había, uffff, de todo, pero sobre todo niños, niños como escombro, niños revolcándose por los sofás, niños saltando en las camas, niños chupando el suelo, niños metiéndose en los armarios. También hay señores sentados por sofás y sillones, con cara de desesperación absoluta, hoy he visto 2 que han entablado amistad y uno le decía al otro: “Esto es un infierno, yo desde luego no vuelvo”. Ikea es el paraíso de los niños y de las mujeres, pero los hombres en general lo odian, salvo….tacháaaan, la zona de iluminación, ¿porqué les gustan tanto las bombillas? Que si leds, que si halógenos, que estas gastan poco, que si con las otras puedes freir un huevo a la vez que te lees el Quijote, oye, que no había manera de arrancarle de allí…. El caso es que tras muchas vicisitudes conseguimos llegar a la caja y pagar y hala, para casa. Allí el macho ibérico despliega su plumaje (la caja de herramientas) y se dispone a mostrar a la hembra su valía, que digo yo, si con la famosa llave allen o como se llave se supone que se monta todo, no? Pero no sé, les da como seguridad la caja de herramientas, cuanto más grande mejor. Mientras Mister está montando las sillas que hemos comprado para el cuarto de las Airgamitas, yo estoy en la habitación de al lado escribiendo este post mientras escucho todo tipo de improperios y lindezas, pero no se me abren las carnes hasta que he oído: “mecagoentodo, esto no encaja, hay que volver a cambiarlo” y la Airgamita pequeña: “papá, creo que lo estás montando al revés”
Mister: “Si sabré yo, esto está mal”
Airgamita: “que no, que lo estás poniendo al revés, prueba de la otra forma”
Mister: “que es así, leñe, es que no entra porque está mal hecho y punto”. Volvemos a cambiarlo o le hago yo otro agujero con el taladro…” (como les gusta el taladro)
Estaba yo a puntito de ir y decir: yo no vuelvo hoy a Ikea ni aunque se me aparezca el espíritu de Smaland, cuando oigo: “Uy, pues es verdad, tenías razón, lo estaba poniendo al revés, sí que encaja”… ufffff, qué alivio, salvados por una niña de 10 años, ya me veía yo volviendo y pasando por toda la ruta de sofás, camas y demás con las hordas humanas que aún deben seguir allí. Yo tengo la teoría de que en Ikea vive gente.
Por cierto, qué monas han quedado las sillas, pero de baratas nada.

miércoles, 9 de enero de 2013

Dos hombres y un destino... digo, un mando


Hola a todos, por Dios, qué bien me han sentado las vacaciones, he vuelto renovada (falta me hacía) y con ganas de escribir.  Por diversas razones que ahora no vienen al caso, yo este año quería tener unas Navidades diferentes y vaya si las tuve.
Una de mis cuñadas Airgam tuvo a bien dejarnos su casa de Asturias para pasar el fin de año, desde aquí, le doy las gracias, y allá que nos fuimos con otra hermana de Mister y su familia (tiene 2 niñas de edades parecidas a las mías).  Lo hemos pasado genial, ha hecho un tiempo buenísimo y hemos estado super a gusto.
Lo único malo es, como ya habréis deducido por el título, el duelo de titanes por un único objeto de deseo…. El maaaaaando….. mi tesooooooro….. diréis que soy un poco monotemática, pero es que imaginaros lo que dan de sí 2 machos-alfa juntos conviviendo en la misma madriguera como jefes de la manada. Más o menos lo llevamos medianamente bien, hasta el día 31. Carreras por el pasillo para posicionarse en el sofá, un “ahorametocaamí que tú ya lo tienes hace mucho rato”, “esto que llevamos viendo hace una hora es un rollo”, etc, etc…. Hasta ahí todo más o menos normal. Pero llega el día 31 por la noche, la cena estuvo estupenda gracias a Palominchi, que hizo un solomillo de tomapanymoja, literal, lo de toma pan y moja, que nos faltó chupar el plato. Las niñas estaban nerviosillas, lo de las uvas siempre les altera un poco, lo que no contribuyó a pacificar mucho el ambiente, el caso es que terminamos de cenar y ni hablamos de recoger, claro, los dos machos alfa se tiran en plancha al sofá en un duelo a muerte por el mando….. pero se les adelanta una niña, más ágil y con mejores reflejos que sus padres, agarra el mando y pone Clan, ahí empezó el drama, unas querían ver Disney Channel, otras Boeing y otras sólo querían tener el power en la mano, que es lo que mola, ver la tele con el mando…. Mister no se podía estar quieto y a mi cuñado gotas de sudor le perlaban la frente, se mascaba la tragedia, tras amenazar a las niñas con darles las uvas a las 11 de la noche y mandarlas para la cama con viento fresco, Mister se abalanzó sobre el sofá e interceptó el mando con bastante pericia, fruto de largos años de convivencia con 7 hermanas, claro, el pobre está curtido en estas lides. El caso es que se puso a practicar su deporte favorito, cambiar de canal, y claro, él cambia de canal a la velocidad del sonido, es un experto y los demás no le seguimos, todos protestando y él se agarraba al mando como Leonardo di Caprio a la tabla de madera cuando se hundió el Titanic, yo repetía mentalmente como un mantra: Virgencita virgencita que no retransmitan las uvas en el Discovery Max ni en el Explora, que me veo cambiando de año con Frank de la Jungla. El caso es que en un momento de despiste, mi cuñado se hizo con el power y juró y perjuró que no lo soltaba aunque lo matásemos allí mismo, que se había acabado el cachondeo de cambiar de canal y que las campanadas se veían donde a él le saliera de los mismísimos. A mí la opción no me pareció en principio demasiado mal, porque lo de tomarme unas uvas con Chicote y otras con la Igartiburu pues como que me marea un poco. Para entonces ya eran las doce menos cinco y las niñas aullaban, “las uvas, las uvas”, “que empiece ya, que empiece ya”, el volumen tenía ya unos decibelios, que menos mal que estábamos solos en la urbanización, porque yo creo que se nos oía desde Llanes.
Mister empezó a protestar: “Dame el mando, en este canal no retransmiten las campanadas”
Cuñao: “Porque tú lo digas, lo ponen en todos los canales”
Mister: “que no, te digo yo que falta un minuto y aquí no tienen pinta de ir a poner nada”
Cuñao: “qué os calléis coño, que me habláis todos a la vez y me estáis volviendo loco”
Niñas: “papá, por favor, que ya son las doce…..”
Yo descojonada y tomándome las uvas por mi cuenta
Cuñao: “tenéis mal los relojes todos, aún no son las doce….”
Mister: “joderrrrrr, coño, que son las doce y cinco y no nos hemos tomado las uvas, con la mala suerte que da eso…..”
Cuñao: “voy a cambiar de canal y en cuanto salgan las campanadas os voy a tapar la boca a todos, que sois unos listos….”
Cambia y se ve a Chicote que dice: “Qué le pedís al nuevo año que acaba de empezar…..”
Silencio sepulcral en la sala…. Y dice cuñao con un hilo de voz: “Uy, pues va a ser verdad que no lo ponían en ese canal….”
Jajaja, yo todavía me estoy riendo, Feliz Año Nuevo…. Todos a comerse las uvas a lo loco, partiéndonos de la risa. Gracias Curro por una nochevieja diferente, a mí desde luego es lo que me hacía falta. A por el 2013 que seguro va a ser un buen año